Noche oscura, fría y silenciosa en tiempos de encierro, viviendo lo nunca ocurrido… Con tanta soledad, ansiedad, deseo de ser escuchado y querido, pero sobre todo amado, decido salir de casa y dar una vuelta por la plaza de toros ubicada en ventas situada a 500mtrs de casa.
Deambunlado por dicha zona, la imaginación comienza hacer efecto, llegan a mi mente pensamientos lujuriosos vividos semanas atrás en el mejor sitio para hacer cruising en Madrid “Aproximadamente las 21hrs y saliendo de la oficina muy agotado, pero con muchas ganas de descargar me dirijo al bar situado en el centro de la ciudad (boyberry) ¡vaya! Siempre que voy lo disfruto al máximo y no creo hoy sea diferente, he pensado; entro al local y como es habitual están esos lindos chicos atendiendo, pido una copa y observo como esta el ambiente (como buen cazador) me dirijo por las zonas del baño para bajar directamente ya que es mi zona favorita. Realizo la habitual vuelta y soy embestido por una pareja de jovencitos que pedían a gritos ser follados, subimos a las cabinas comenzamos a besarnos; camisetas fuera, pantalones abajo, besos, sexo oral y besos negros con mucha pasión, recuerdo como empotré ambos niñatos aleatoriamente… Pfff que rico recordar ese momento, ambos pedían me corriera en ellos así que decidí ponerlos de rodillas y eyacular en sus bocas para que compitiesen mi lefa juntos”.
Con mis pensamientos sexuales a flote y trascurridos unos 5 minutos aproximadamente se detiene una furgoneta de la policía y baja un oficial, creo recordar media aproximadamente 1.76cm con una edad oscilante de 40años, piel blanca y un enorme bigote; solicita mi identificación e indica me vaya a casa por seguridad, en realidad un oficial muy majo.
Acato su orden, pero decido terminar el paseo dando la vuelta completa a dicha plaza. Para mi sorpresa aparece nuevamente la furgoneta, en están oportunidad se detiene en el parking y baja otro oficial (en esta oportunidad me he puesto algo nervisos, por no saber que diría el oficial) realiza nuevamente preguntas de rigor, de pronto baja el oficial anterior nuevamente; iniciamos un dialogo muy cordial. Me doy cuenta entre ellos había un juego de miradas muy excitante; mientras conversábamos uno de ellos tocaba su paquete repetidamente sobre su uniforme (no sabía si era real o eran efectos de la imaginación) en su debido momento el nuevo oficial (1.87cm aprox, unos 100kg con abundante barba) pregunta si me gustaría subir a la furgoneta. Como buen chico accedo y me quedo en silencio entre la sensación de nervios y la manera como había fantaseado con ellos en el dialogo, notaba como mi pene se expandía y palpitaba, sentía que iba a explotar en ese momento, estaba tan sensible que puedo asegurar sentía como lubricaba y mojaba mi slip con todo el placer que sentía)
Abren la furgoneta, subo y seguidamente suben ambos oficiales; mi corazón palpitaba a unos 130 latidos por minutos. Cierran la puerta y en cuestión de segundos me besaba con uno mientras el otro quitaba su uniforme y mostraba su enorme polla; poco a poco me fui desnudando, iniciamos un juego de tres; comía el rabo del primer oficial como si nunca me había comido uno en mi puta vida mientras el otro oficial se deleitaba con mi culo (lo besaba y acariciaba como si no existiera un mañana, su lengua entraba hasta donde se lo podía permitir, sentía como presionaba su cara con mi orificio, era una sensación donde se notaba quería entrar completamente. El placer que ocasionaba su barba era tan placentero que sujetaba su cabeza hacia adelante para que el placer fuera mas intenso) mientras esto ocurría no dejaba de alternar la felación con lo besos del otro oficial.
Llegamos al punto donde los tres estábamos completamente desnudos, era evidente ser el juguete sexual de ambos porque me estaban usando de tal manera que no podía evitar ser su sumiso, sus caras de placer, sus pollas súper duras y húmedas por mi saliva y las cantidades de fluidos que emanaban al estar tan excitados, nuestros cuerpos sudados con olor peculiar al típico macho, ellos con sus pieles velludas y yo con mi piel lampiña.
Ambos comían mi pollon, lo escupían, se besaban y tocaban entre sí, alternaban los huevos y el tronco del rabo, le escupían, me miraban y jadeaban, uno de ellos intento tocar el culazo del otro sin éxito alguno, tenía esa sensación de eyacular, pero si lo hacía sabia ese majestuoso momento finalizaría y no quería eso ocurriera.
En un parpadear de ojos sentía como algo me penetraba mientras ellos luchaban con comerme la ingle, los huevos y la totalidad del rabo, bajo mis manos para palpar lo que ya estaba dentro de mí; mientas uno de ellos alejaba mis manos, evitando me enterase. Tenía casi media porra dándome placer… gemía y pedía que me besaran, sentí nuevamente sus labios en los míos, los mordía, me besaba con mucho frenesí, acariciaba mi cabello; los tres gemíamos, nos mirábamos, nos sentíamos tan uno del otro, una sensación que no sabía explicar, seguía siendo penetrado; devoraban mi cuello, axilas, pezones, inclusive hubo un momento donde comían mis pies.
Sacan de mi aquel objeto de madera que tanto placer me estaba dando, me ponen de rodillas uno frente a mí y otro sutilmente penetrándome; me alternaban, me azotaban y me ponían en posiciones donde me manejan fácilmente para aleatoriamente penetrarme, la sacaban y introducían de golpe, mis niveles de excitan aumentaban, llegue a gritar, me asfixiaban, me tapaban la boca para que nadie escuchase lo que ocurría dentro de aquella furgoneta.
El éxtasis estaba en su máximo nivel, nos vimos a los ojos; estaba claro que ya deseábamos eyacular, sentir nuestros fluidos que llevaban minutos deseando ser expulsados y dar fin a tan perfecta faena, me tumbo boca arriba y cada uno de ellos a mi lado… ¡surgió lo esperado!!! Me he corrido… ha llenado mi pecho, parte de mi rostro y del mueble, seguidamente eyaculan ellos, uno seguido del otro… lo hacen en mi boca y rostro, se miran a los ojos y como si estuvieran acostumbrados a hablarse con la mirada deciden limpiar cada gota derramada con sus bocas y dan fin a tan magnifico encuentro dándonos un beso entre 3.
Nos vestimos, bajamos de la furgoneta. Ellos siguen su camino, yo el mio, y anhelo volver a dar un nuevo paseo por dicha zona a ver si coincido verles otra vez…