Carlos, es un apuesto chico dedicado la fotografía. En los últimos meses se ha vuelto un visitante frecuente de Boyberry.
Todos los 20 de cada mes por la tarde acostumbra a cazar grandes pollas que le den placer y liberen la tensión acumulada entre sus nalgas.
En su ultima visita se ha enterado del concurso anual sobre relatos eróticos y se ha entusiasmado en participar. Guardaba en su memoria emocionantes vivencias que podrían cachondo a cualquiera. Sin embargo hay un detalle, a Carlos no le va bien la escritura. Así que ha decido ponerse en contacto con Giovanni, su mejor amigo de la infancia.
Giovanny es reportero, se dedica a escribir artículos para el periódico local en república dominicana. El detalle es que Giovanny es hetero o hasta el momento no ha experimentado alguna actividad sexual gay.
Gio, le ha contado a Carlos que en pocos días viajara a Barcelona , A cubrir un reportaje. Así que la siguiente semana están juntos en la rambla tomando un trago.
Carlos le cuenta su idea, y se muestra entusiasmado por participar en dicho curso. Gio acepta colaborar con gusto y va tomando nota de las historias entre charla y risas.
Después de oír varias historias no termina de concretar algo. Le es incomodo imaginar a su amigo de la infancia cogido por las orejas con una polla hasta la garganta, mientras otro tío con el doble de su tamaño le percute el culo.
Carlos es rubio, pequeño y flaco, algo delicado. Gio por el contrario pasa los dos metros con un cuerpo, esculpido por años de entrenamiento en el ejército, que incluye una polla de 24cm. Parece un gran centauro piel canela con una gorda polla colgante.
Después de un rato, Carlos tiene una idea. -¿porque no vamos a Boyberry?- dice con picara mirada. Giovanny solo dispone de un ultimo día libre antes de partir, y planeaba algunos rutas turísticas. Se nota algo nervioso por la propuesta de su amigo Carlos, sin embargo la adrenalina que le producen lo desconocido lo empuja y decide echar un vistazo. Carlos ha ofrecido un paseo guiado, “sin acción”. Solo con fines documentales y darle una idea que le ayude con su relato. Así que se han levantado de la mesa del bar y dan rienda suelta a esta alocada idea.
Es verano en Barcelona. Carlos va ligero de ropa con pantaloncillos ligeros y una fresca sudadera, preparado para sudar a chorros. Gio luce unos apretados vaqueros que realzan el majestuoso paquete y resaltan el gran culo latino. Una camiseta a su media deja ver el marcado pecho con los pectorales perfectos. No deja mucho espacio a la imaginación.
-¿estas seguro de esto?- Ha dicho Carlos. Algo preocupado por el destino de su amigo.
– si. Nada malo podría pasarme. Si me siento aburrido o incómodo te lo haré saber y nos iremos. Nada pierdo con entrar.-
Han llegado, es martes día 20 del mes y las pollas grandes entran gratis.
-ni siquiera perderé dinero en la entrada- piensa gio al entrar. Se han puesto cómodos en el chillout mientras toman algo para entrar en ambiente. El lugar va llenándose poco a poco. Entre la variedad Carlos ha visto varias con deseo y varias pollas conocidas.
Gio se siente curioso por el laberinto, aunque ha dicho le teme al cuarto oscuro. Un sutil olor a cloro impregna el local esto le causa sensación de limpieza y le hace recordar el olor del semen. Y mientras Carlos le narra una de sus experiencias basadas en una explosión de leche que le unto toda la cara, se le hace agua la boca y saborea lo que aun no se ha tragado. Una hora después se anima a adentrarse a ver la acción mas de cerca.
-tengo otra idea- dice mientras Toma de la mano al rubio Carlos. -déjame hacerlo solo- aguarda por mi y nos vemos en unos minutos.
Estaré bien.-
Y así inicio su tour. Ha ido directo al laberinto con miedo a perderse, al adentrarse no logra distinguir nada pues todo está algo oscuro y oye los gemidos sutiles de un hombre que le decía -Si us plau. segueix així-, al varón que contra la pared lo penetraba. Se le ha acelerado el corazón y comienza a sudar. Se asoma tímidamente y ve a una salvaje maquina de follar penetrando al catalán mientras lo sujeta con ambas manos por el cuello asegurándose que no iría a ningún lado. Siente como se contraen los músculos del abdomen, y ahora, el palpitar del corazón lo siente justo en los huevos, percibiendo como se bombea la sangre caliente que comienza a endurecerle la polla. Teme perderse en aquel laberinto y vuelve sobre sus pasos. Recuerda las reglas del juego que Carlos le ha explicado pero aun no se siente listo para interactuar libremente. Le sorprende su reacción en esta primera escena pero sonríe entusiasmado. Ha decido enfrentar esta aventura y no dará vuelta atrás. piensa que la tarde es joven y ya luego podrá echar un vistazo dentro de aquel laberinto.
Ha decido ir al glory hole. Se alegra de haber depilado totalmente su cuerpo y de tomar los condones que le dieron al entrar. Sospechaba que algo podía pasar. Quería materializar algún relato de Carlos para dar vida a una gran historia. Se acerca al particular cubículo y mira extrañado los hoyos de la pared. un espeso aroma a testosterona lo embriaga mientras se percata que un curioso ojo le observa con atención.
ha entrado al juego.
Se levanta la camisa lentamente dejando expuesto el brillante abdomen. La idea de ser espiado por un pervertido le ha puesto cachondo. Se mueve eróticamente al ritmo de una canción que tararea en su mente. El misterioso observador parece disfrutarlo y deja ver un dedo que hace señas para que se acerque. Gio a encendido su motor y atropella el aire con su gran cadera totalmente excitado. No deja de pensar en el delicado catalán del laberinto.
La emoción de lo desconocido le va dictando que hacer y en un santiamén ha desabrochado el jean, bajado el bóxer, calzado el condón y mete su gran rabo por el agujero. Cierra los ojos y siente el caliente aliento de una pequeña boca que le va dando suaves mordidas en la punta. Intenta imaginar quien está detrás al otro lado, pero sigue viendo al catalán en su mente. Esto la va poniendo más cachondo y a cada latido su polla, aun medio morcillona, se hace más y mas dura. Siente como las pequeñas mandíbulas del desconocido están a puntas de descalabrarse. siente como al otro lado alguien se atraganta tan solo con la mitad de su rabo. Estremecido por el twist de una lengua, deja salir un par de gemidos. Siente la respiración acelerada, al tiempo que se acaricia el pecho y abdomen para más placer. – ¿cómo me he perdido de esto antes?, veo que un hombre si sabe cómo chuparse una verga correctamente. – dice mientras sonríe y continua con movimientos sensuales follando aquella boquita.
Luego de un par minutos. El desconocido ha parado de chupar, gio pega la oreja a la pared intentando oír que sucede al otro lado. Él quiere mas. Espera unos segundos y al ver la acción detenida se agacha para observar porque han detenido esta memorable chupada. No ha terminado de agacharse cuando la polla, no muy gorda pero curveada, del desconocido le apunta directo entre ceja y ceja. Se corta su respiración y ha quedado paralizado. Ahora las palpitaciones de la polla se le van directo al culo. Le tiemblan las piernas nunca ha visto una erección tan de cerca. Por un instante le observa.
Ve aquellas venas dilatas a través de un amarillo látex al parecer saborizado. Detalla como cabecea pidiendo ser agarrada. Las palpitaciones anales lo invitan a atraparlo. Se siente un encantador al frente de su primera cobra. Se arrodilla y le coge con ambas manos. Puede sentir toda la energía del extraño en la punta de sus dedos. Lo huele. mira cómo se expande mientras lo sujeta firmemente.
Su boca una vez más se ha hecho agua. La curiosidad le dicta que arranque el condón y saboree aquella piel. No obstante, se contiene y recuerda a Carlos y las normas. Así que abre su boca y lo introduce provocando cosquillas con el paladar.
Por su gran tamaño, es profunda su garganta y comienza a tragarse completamente la curvada polla casi hasta las bolas. Cierra los ojos y saborea la gloria. Ahora comprende porque le llaman glory hole. De a ratos se detiene alternado con mordidas palpando y conociendo aquel pedazo de carne con sabor a frutas tropicales.
Con la mano izquierda lo sujeta del tallo, mientras mueve rítmicamente su cabeza adelante y atrás realizando piruetas con su larga lengua. Con la derecha, se toca las bolas y alternadamente se da una paja.
Aquella polla de venas azules le ha desconcertado tanto que no la suelta hasta sentir la caliente explosión tocándole las amígdalas. Sentía como temblaba aquel desconocido mientras acababan al mismo tiempo. Mantuvo el rabo en su boca mientras se desinflaba y sentía como se seguía escurriendo. Le invadió la gula y quería tragarse toda la leche que había ordeñado. El hombre al otro lado tocaba la pared con sus nudillos. Esto lo hizo reaccionar y se vio sentado de espalda aun con la polla en la mano izquierda, tenía secuestrado al desconocido quien sabe por cuánto tiempo. Se sintió algo apenado. Le soltó, y dijo gracias en voz baja sin recibir respuesta alguna.
Se levanto jadeante y sudoroso. Disfrutando la sensación que recorría todo su cuerpo. Mientras se arregla en pantalón una nueva polla se asoma por otro agujero, pero no causo el mismo efecto sorpresa de la anterior. Le da una palmadita y se ríe. Sale por un trago para refrescar su caliente garganta.
No ve a Carlos por ningún lado. Espera un rato y decide darse otra vuelta por el enigmático lugar.
Ahora se dirige a una pequeña sala bajando unas escaleras Donde ve cinco cuerpos mezclados que no dejan ver donde comienza un tío y termina el otro. Ha puesto en guardia su cañón una vez más. Un pícaro guiño le invita a unirse y volverse el número seis. Un culo vibrante le apunta. Las regordetas nalgas hacen marco a un culo rosado que parece hablarle pidiéndole que lo tome. Se Encuera y se lanza entre los otros. Con su lanza erguida apuntando directo su rosado objetivo.
Los otros se han detenido ante semejante semental que coge una nalga en cada mano atrayendo toda la humanidad de aquel caballero con larga cabellera. Abre ambos glúteos y escupe. Asomando lo que se avecina. El caballero mira hacia atrás cuando gio comienza a meter la punta de su gorda polla.
No alcanzo a decir palabra alguna, solo pudo soltar un grito ahogado mientras volteaba los ojos y se estremecía. El gigante lo sostenía por las nalgas fuertemente. Y comenzó a darle. Parecía que se daba una paja con el cuerpo del otro, que movía como si no tuviera peso alguno. Metía todo lo que podía dentro de aquel caballero. Y comenzó a follarlo salvajemente. Al cabo de un rato cambio el ritmo. Lo sujetaba por la cola de caballo sin sacar un centímetro de polla. Besaba su cuello y con mano derecha comenzó acariciarle los huevos que se volvían pequeñas canicas en la gigante mano.
-soy gio. ¡maldita perra!, no lo olvides- le ha susurrado al oído. Era un completo espectáculo. Se veía como lo disfrutaba. El caballero quería detenerse, pero su voz había desaparecido.
Los otros integrantes de aquella orgía se habían detenido impávidos a observar como aquel depredador natural descuartizaba a su presa salvajemente haciendo recordar por siempre su nombre. Querían apartar al caballero del moño y tomar su lugar. Vio los ignoraba y seguía encarnizado como si no había mañana. Sus músculos contraídos mostraban un espectáculo y no soltó al tembloroso hombre hasta acabar. Saco su gorda polla y la sacudió como un gran martillo. Los miro a todos sin pronunciar palabra alguna seguía muy excitado.
Seguidamente el más pequeño y robusto de aquella manada lo rodeo por la espalda, sujetándolo fuertemente con sus peludos brazos mientras le acariciaba los fuertes muslos con su polla. La diferencia de tamaño era enorme. Un escalofrío recorrió la espalda de gio cuando aquel pequeño comenzó a besarla.
Los otros integrantes reaniman al caballero del moño que no lograba ponerse en pie. Ahora la cama estaba a total disposición de gio y su nuevo amigo.
Al principio estaba rígido, presintiendo lo que se avecinaba. Su gran rabo colgaba exhausto. El pequeño hombrecillo llevo sus manos a los hombros y ejerció un poco de presión. Indicándole que se agachara. luego de un suspiro, deja la resistencia a un lado y se pone de rodillas poniendo la mitad de su cuerpo sobre la ensopada cama que aun escurría sudor y lágrimas. Asustado cerro los ojos y se cogió fuertemente de los bordes.
Esperando el doloroso espuelazo.
Un frío lengüetazo que le recorrió desde la base de la polla hasta la punta del culo, lo hizo estremecer. Y automáticamente lo puso a mover sensualmente las caderas. El hombrecillo continúo chupando y dando lengüetazos. Gio nunca miro atrás solo disfrutaba al máximo el placer y observaba estas nuevas y maravillosas sensaciones que recorrían su cuerpo.
Sintió la diferencia entre la saliva y el lubricante. Las palpitaciones le dilataban el culo. Y cuando estaba a punto de gritar, sentía como una caliente polla le expandía las paredes anales y hacia cosquillas a su punto G. Borrando todo pensamiento de su mente. Estaba sintiendo como si aquel pequeño entraba a cuerpo completo dentro de él.
Al principio era un suave bamboleo adelante y atrás al ritmo de la respiración. Gio, deseaba dolor. quería ser arañado y golpeado mientras la polla entraba y salía. Gemía y se quejaba sin dejar de disfrutar como aquel pequeño lo encajaba.
El ritmo suave se mantenía. gio se ha incorporado y apretado sus nalgas para no dejar salir ni un poquito de carne. Tomo al pequeño por el cuello y amenazante le mira a los ojos sin soltarlo.
-Dele duro. ¡Carajo! Que se esta cogiendo a un artillero.
Evocaba el tiempo que sirvió en el ejercito de su país. Le soltó y volvió la cara al frente.
El pequeño mas por temor que por placer obedeció automáticamente. Iniciando una embestida con. El máximo de sus fuerzas azotando las jugosas nalgas morenas. Ahora lo hacia gritar. -aunque grite no me lo saque- decía una y otra vez.
Comenzó a venirse en un electrificante orgasmo nunca antes sentido. Hasta que el pequeño, agotado, se dejo caer jadeante a un lado de la cama. No sin antes haberle dejado el ojete abierto como quien respira por el culo.
Segundos después se ha repuesto. Aun tambaleante pero feliz se levanta. Había encontrado el material necesario para una buena historia. Toma sus cosas y aun encuerado encuentra a Carlos volviendo del cuarto oscuro con una expresión de saciedad en su rostro. Se ven y sonríen con complicidad. Han dado por terminado el tour.
Carlos continua su vida normalmente y cada día 20 religiosamente asiste Boyberry, un día podrías cruzarte con su picara mirada y rubios cabellos.
Giovanny ha vuelto al caribe con un historia que escribir. Aun quedo pendiente por entrar al laberinto y vencer su miedo al cuarto oscuro. Ten cuidado el próximo verano, pues podías encontrarte con un salvaje centauro que caza historias en Boyberry.